La ciudad antigua se situaba en la península de la Almina y se encontraba protegida por las Murallas Reales y el Foso de la Almina.
Cuando se levantaba el puente levadizo, situado sobre el foso, la ciudad quedaba aislada del resto del continente.
Actualmente sobre el foso se sitúan dos puentes, uno en la embocadura norte del foso («el Puente del Cristo») y otro en la embocadura sur («Puente nuevo o de la Virgen de África»).
El Puente del Cristo era, por tanto, la antigua entrada a Ceuta desde el continente, y más allá se encontraba el campo exterior. Por eso el barrio adyacente al Puente del Cristo se denomina «Puertas del Campo».
La denominada «Primera Puerta» de Ceuta se encontraba protegida por el Baluarte de los Mallorquines, un baluarte de dos flancos construido en el siglo XVI por los portugueses para defender la embocadura norte del Foso Real y servir de apoyo al puente levadizo que existió hasta 1729 en este lugar.
El nombre del Baluarte quizás proceda de los Tercios de Mallorquines y Andaluces, de nueva leva, que en 1704 relevaron a los Tercios de Catalanes y Granadinos por la necesidad de soldados que tuvo Felipe V para ocupar Portugal.
En 1900 el baluarte fue parcialmente demolido en su parte superior hasta dejarlo al mismo nivel de la calzada, para ampliar el puente que conectaba Ceuta con el Campo Exterior.
La edificación actual es una réplica realizada en el siglo XX que alberga en su base estructuras del antiguo Alcázar califal y aloja en la planta superior la Oficina de Turismo de la Ciudad.
Baluarte de los Mallorquines, visto desde el campo exterior.
El Puente del Cristo se denomina así por la imagen del Cristo de los Afligidos que se encuentra en una hornacina sobre el puente. Era costumbre en todas las poblaciones cristianas poner imágenes religiosas en la entrada y la salida de las ciudades y el Cristo de los Afligidos de Ceuta terminó dando nombre al puente.
En esta entrada de la Ciudad, denominada «Primera Puerta», existió siempre una pequeña capilla que se transformó más tarde en una hornacina que albergaba la imagen del Cristo de los Afligidos, al que se encomendaban todos los que salían de la Ciudad hacia el campo exterior, viajeros y soldados principalmente, y daban gracias cuando regresaban a Ceuta, sanos y salvos.
La imagen del Cristo de los Afligidos es muy venerada por los ceutíes y es habitual ver a la gente santiguarse cuando pasa frente al Cristo o saludar con una respetuosa inclinación de la cabeza y los hay que se detienen a orar devotamente.
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